
Adriá, quien hace un tiempo ha dejado aceptar reservas en su restaurante El Bulli para dedicarse por completo a su proyecto -un espacio que describe como un laboratorio de investigación y conservación del patrimonio gastronómico-, subrayó la máxima de los cocineros de última generación: "libertad para crear".
Bajo ese paradigma de creación la libertad, la innovación y el medio ambiente se consolidan como los nuevos conceptos culinarios, casi filosóficos, de las nuevas tendencias gastronómicas.