El trabajo del cocinero nunca volverá a ser igual.
Abandona la repetición de recetas aprendidas para concretar sabores nacidos en su imaginación.
Las cocinas de algunos restaurantes se transforman en laboratorios que investigan y experimentan con el tratamiento de los alimentos.
Las técnicas se multiplican. Nacen las espumas, los aires, el trabajo con el nitrógeno, los destilados a baja temperatura, las sferificaciones, los gelificantes naturales, las gelatinas en caliente, las cocciones a baja temperatura, la cocina del vacío…
El trabajo de las vanguardias españolas sirve de punta de lanza; es el banderín de enganche al que se unen tres generaciones de cocineros embarcados en todos los tiempos del presente y el futuro del verbo cocinar. En menos de veinte años, España es la referencia en la cocina universal.
No importa lo que suceda en los próximos años: en España hay mucha cocina. La necesaria para afrontar los nuevos tiempos y más.
Abandona la repetición de recetas aprendidas para concretar sabores nacidos en su imaginación.
Las cocinas de algunos restaurantes se transforman en laboratorios que investigan y experimentan con el tratamiento de los alimentos.
Las técnicas se multiplican. Nacen las espumas, los aires, el trabajo con el nitrógeno, los destilados a baja temperatura, las sferificaciones, los gelificantes naturales, las gelatinas en caliente, las cocciones a baja temperatura, la cocina del vacío…
El trabajo de las vanguardias españolas sirve de punta de lanza; es el banderín de enganche al que se unen tres generaciones de cocineros embarcados en todos los tiempos del presente y el futuro del verbo cocinar. En menos de veinte años, España es la referencia en la cocina universal.
No importa lo que suceda en los próximos años: en España hay mucha cocina. La necesaria para afrontar los nuevos tiempos y más.